Después de estar implicado en , los Saints vuelven una vez más al centro de atención: solo que esta vez no como peligrosos criminales, sino como patriotas.
Abalado por su rampante popularidad, el líder de los Saints decidió presentarse al máximo cargo… y ganó. Ahora, es el Presidente de los Estados Unidos, el “jefe” ha pasado de la crack house (casa del crack), a la penthouse para terminar finalmente en la White House (Casa Blanca).
Pero no todo está bien. A pesar de eliminar el déficit, acabar con el hambre en el mundo y conseguir que el baile en barra fija fuera admitido como disciplina olímpica… una amenaza acecha en la oscuridad: la llegada del Imperio Zin.
